martes, 11 de septiembre de 2012

Cap 26: Locura


Siento mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho no haber escrito hasta ahora, pues he estado ocupada pero por fin puedo subir el capitulo! Como recompensa por haceros esperar dentro de un rato colgaré la continuación. Espero que os guste!

Me despierto sobresaltada por el ruido de la ventana. Tardo un rato en ubicarme pero al final recuerdo que estoy en casa de Dayana y que tengo que irme. Jack ya no  esta tumbado a mi lado pero no le doy más importancia. Me levanto y piso algo que no es el suelo. Es Jack. Reprimo una carcajada y con cuidado lo muevo un poco.
-Jack -espero-. Jack –suena como un ronquido-. Jack, despierta, que te has caído.
Abre lentamente los ojos y sube a la cama. Lo dejo allí, medio dormido, y salgo de la habitación. Me oriento mal por los pasillos pero al final consigo encontrar la puerta de entrada. Pienso en las opciones que tengo: Ir andando, como no se donde estamos tardare… mucho. Robarle el coche del padre de Dayana, que, seguramente, tendrá GPS. O esperar a que vuelva Leo.
Creo que ya sabéis lo que voy a hacer. Así que me dirijo al parquin que esta, casualmente, abierto y entro. Las llaves están colocadas en la silla del copiloto, es como si hubieran preparado el coche para mí. Antes de encender el coche pongo el GPS y apunto la dirección. ¿Esta a tres calles? Salgo del coche y me pongo a andar cuando llego veo que esa calle tiene el mismo nombre que la mía pero que no lo es. Vuelvo al parquin que sigue abierto. Esta vez arranco el coche con la puerta abierta y cuando hace el primer “run” alguien me da unos golpecitos en la espalda.
AAHH!
-Soy yo tonta- dice Jack sonriendo-.
-Dios, que susto me has pegado- digo respirando hondo-. ¿Qué haces aquí?
-¿Y tú? ¿Qué haces tú aquí?
-Nada en particular.
-Robando el coche.
-Quiero irme. A casa, con Charly y mamá. Bueno, y con papá también. Solo quiero volver y olvidarme de todo.
-¿De mi?
Miro al suelo. Claro, tú entras en ese todo. Fuera problemas, fuera asesinatos, solo la familia y las amigas. Pero como le digo yo eso sin que se me caiga alguna que otra lagrimilla.
-¿Y que pasa si yo no quiero olvidarme de ti, Alex?
Le miro a los ojos, después de todo…
-Vente conmigo, Jack. Nos iremos a cualquier otro lugar con nuestras familias.
-Es una propuesta extraña y te contestare ahora. No. No puedo dejar a Leo, a Dayana, a Ashley ni, aunque no me caiga tan bien, a Jon.
-Vale. Me dejas irme ya.
-¿Ya esta? Después de todo, ¿este es nuestro fin? ¿Sin ni siquiera un beso, ni un abrazo? ¿Nada?
-Nada.
Jack no se conforma con eso me lanza una mirada de desprecio que al segundo cambia por una de cariño y empieza a besarme. Yo solo hago que pensar “tengo que irme, tengo que irme”. Cuando el beso acaba me mira con esos ojos suyos tan grandes. Le aparto un poco y subo al coche. Él sube en el asiento del copiloto.
-No pienses que después de esto voy a dejar que te estrelles sola- dice con una sonrisa-.
-Vaya, gracias- le digo devolviéndosela-.
Pongo el GPS, esta vez me aseguro de que es la calle buena. “No puede ser tan difícil -pienso-. Todo el mundo puede conducir.” Y, definitivamente, no es tan difícil. Llegamos sin problemas a la población. Hay ambulancias yendo y viniendo, tampoco falta ni la policía ni los bomberos.
Cada vez estoy más cerca de mi calle y me asusto porque los coches vienen de allí. La calle esta cortada paro el coche de un frenazo y bajo corriendo. Mi edificio esta en cenizas. Charly, mamá, papá… No, no, no, no, no…
-Hay un niño y una niña dentro-dice un bombero a otro-. No quieren bajar.
Un niño. Charly. Corro hacia lo que queda de mi edificio. Me cortan el paso unos policías.
-¡¡Mi hermano, mi hermano esta…!! ¡¡Esta dentro!! –Digo con lágrimas en los ojos-.
-Lo siento…-empieza a decir un policía-.
-¡O la dejas pasar o veras las estrellas! -interviene Jack que no había hablado hasta ahora-.
En su despiste paso corriendo y subo lo que queda de las escaleras. A medida que subo escucho a alguien cantando. Es Charly.
-¿¡Charly?! ¡Charly!
Entro en lo que era nuestra casa. Esta Charly con una niña de unos siete años. Se parece a mí, pero en pequeño. Esta temblando, sentada detrás de Charly que mira hacia la puerta.
-Charly, cariño, ya estoy aquí -digo mientras me mira sonriendo-.
-Llegas tarde. Mamá y papá se han ido.
-Lo sé, cariño.                                                  
-¡No me llames cariño!
-De acuerdo. Vámonos de aquí. Te llevaré a un sitio mágico.
-No quiero irme. Aquí estoy bien con Emma. Es mi hermana, como tú lo eras antes.
-Sigo siendo tu hermana, Charly.
-¡No lo eres! ¿¡Dónde estabas cuando millones de tíos entraron y mataron a los vecinos?! ¿¡Dónde estabas cuando tiraron bombas que hicieron que papá y mamá ardieran de forma lenta y dolorosa?! ¿¡Dónde estabas cuando ellos chillaban y yo no podía hacer nada para salvarlos?! ¿¡Dónde?! ¡Eh! ¿¡Dónde?!
Miro al suelo arrepentida. ¿Dónde estaba?
-Charly, yo…
-Responderé por ti. Estabas ligando con ese tío. Si con ese… como se llamaba… Jack. Si, eso. Mientras todos nosotros sufríamos aquí.
-Charly –dice con una vocecita Emma-. ¿Nos podemos ir con ella?
-Claro Emma. Nos vamos con ella. La estábamos esperando.

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