{ECDP} Capítulo 15: Problemas

Nicolás odió a aquella chica de ojos azules que lo miraba con una sonrisa burlona. No se había dado cuenta de lo que unos segundos antes había estado a punto de suceder. Si no hubiera llegado Melody y él se hubieran fundido en un beso anhelado. Suspiro y las dejo a solas. 

-Vengo a supervisar tu ejército, general Hicks –dijo la muchacha haciendo una torpe reverencia-. Me envía el mismísimo rey. 

-¿Y quién sois vos para interrumpir mi reunión con mi mejor rastreador? 

-Nadie señor, os prometo que no lo volveré a hacer. 

-¿Cómo os llamáis? 

-Aura, a su servicio general. El rey está preocupado porque no pueda defender el reino ahora que estamos en guerra y me envía para ayudaros a reclutar nuevos soldados. Onia y Yggdrasil son fuertes así que deberemos reunir a los mejores luchadores. 

-Bien –contesto Melody intentando que no se le notara su asombro. No tenía conciencia de que estaban en guerra-. Pediré a mis soldados en misiones que vuelvan y nos prepararemos para marchar. Lo mejor será que tu vayas a avisar a Dan y Byron, seguramente los encontraras con Nerón ¿Sabes quién es? 

-Sí, os dejo a solas con vuestro rastreador, general. 

Dicho esto Aura se marchó y Melody soltando un largo suspiro se volvió hacia donde Nicolás estaba escuchando. Se acercó, se quitó el casco y se restregó los ojos con un cansancio acumulado. 

-No deberíamos hacer esto, casi nos ha visto –dijo Melody volviendo a suspirar-. Es que no entiendo que ha podido pasar para que… 

Nicolás llevo su dedo índice a los labios de Melody obligándola a callar y a escucharle. Sentía su corazón a mil por hora pero eso no lo detuvo. 

-Llevo mucho tiempo pensando que esto está mal, pero ¿qué es lo que está mal? ¿Qué un chico quiera a una chica? Porque yo lo veo lo más normal del mundo –hizo una pequeña pausa-. Te quiero Melody. 

Melody esbozo una pequeña sonrisa en sus labios y por fin se dieron ese beso tan buscado por ambos. Nunca se habían sentido igual, pero cuando llega la guerra no hay tiempo para el amor.

∞

Dan dejo que Byron se fuera y salió a buscar a Nadine, para pedirle perdón a Kiara necesitaría su opinión de chica. Marchó derechito a su casa y no tardó mucho en llegar. Aunque lo que vio no fue precisamente agradable. Había sangre en el suelo de su casa, lo habían revuelto todo y no había ni rastro de Nadine. 

Empezó a buscar hasta que vio algo blanco destacando entre tanto rojo. Había un sobre y dentro una carta con una letra muy fina, que solo podía ser de gente rica que se podía permitir estudiar. El papel con tinta negra y fría, rezaba:

Nadine estará a salvo mientras no hagas ninguna estupidez
te aguardo en las colinas  y espero que traigas a la humana.
No querría que este fuera el fin de esta linda enana.

Edric

Dan maldijo por lo bajo, no podía jugar con Edric lo conocía bien así que tendría que escoger. Siempre había odiado tener que elegir, pero esta vez tenía demasiado claro a quien quería salvarle la vida.

∞

Kiara se levantó sobresaltado cuando una mano le rozo el rostro con extrema delicadeza. Al ver quien era sonrió y se irguió deprisa, no podía esperar a contarle que podían irse de aquí. 

-Mama, buenos días. ¿Sabes que podemos dejar este mundo de locos? Vayámonos allí, he conocido un mundo mejor, donde no tendrías que buscar trabajo como lo haces aquí. 

-¿Pero qué dices, mi niña? Solo ha sido un sueño. 

-¡No! Podemos irnos de verdad, Dan vendrá a buscarnos. Estoy segura. Solo tenemos que esperarle –su madre rio muy bajo. 

-Ese tal Dan no es de los que vienen a buscarte, lo vi cuando el otro día estuvo aquí en casa. 

-Vendrá porque me necesita. Su madre se fue a la cocina a prepararle el almuerzo, su niña estaba delirando. Esos extraños dibujos nunca le habían parecido bien pero los creía inofensivos, veía como Kiara a veces ponía los ojos en blanco y vislumbraba cosas que no eran normales, pero jamás le había ocurrido nada malo. Tenía que llevarla al psicólogo o tal vez a un internado. Aunque si lo hacia ella no se lo perdonaría nunca. Lo que tenía claro es que algo había que hacer. Cogió el teléfono y llamo aquel número que tiempo atrás le había dado aquel extraño señor. Era solo por si tenía problemas y ahora más que nunca los tenía.